LAS COLECCIONES DEL CASTILLO
El castillo de Ambras es uno de los monumentos más importantes de Innsbruck. Su importancia histórica y cultural está estrechamente ligada a la figura del archiduque Fernando II (1529-1595), un auténtico mecenas renacentista fascinado por el arte y la ciencia. Fundó las espléndidas colecciones de Ambras y para poder exponerlas, mandó construir un espacio museístico especial en la planta baja del castillo.
El origen del nombre “Ambras” se remonta a la Edad Media. Mucho antes de que Innsbruck se convirtiera en una ciudad, aparecen referencias a Amras o Omras en documentos que datan del siglo x. Esa primera fortificación en lo que entonces era la esquina suroeste de Baviera fue la sede del poder de los condes de Dießen-Andechs, que se convirtieron en margraves de Istria
El espacio de exposición actual intenta conservar el espíritu original del archiduque, así se puede admirar su cámara de tesoros, su sala de armas y armaduras y su anticuario. Mención especial merece la colección de piezas de vidrio y cristal Strasser y su Wunderkammer.
Con referencia a la Colección Strasser, ésta fue creada por el Prof. Rudolf Strasser (1919 - 2014) a finales de la década de los años 50, y durante más de medio siglo, donde trabajó en estrecha colaboración con el Museo del Vidrio de Corning en el estado de Nueva York, realizó una notable labor de investigación y coleccionoismo.
Abarcando desde el Renacimiento al Clasicismo, incluye preciosos vasos de las zonas productoras de vidrio más importantes de Europa, como Venecia, Hall in Tirol, Innsbruck, Alemania, Bohemia, Silesia y Holanda. En 2004, la “Colección Rudolf Strasser” pasó a manos del Museo de Historia del Arte de Viena, y en 2013 se asignaron 70 objetos a la Kunstkammer de Viena, y ese mismo año, la gran mayoría de las piezas encontraron su acomodo definitivo en el Schloss Ambras.
Respecto al afán coleccionista del archiduque Fernando II, éste hizo que comerciantes y diplomáticos le suministraran vidrio veneciano, cuyo brillo claro imitaba ingeniosamente la pureza del cristal de roca y que por eso también se llamaba cristallo; De esta manera, los productos mencionados se convirtieron en tesoros codiciados. Una de las primeras decoraciones del vidrio veneciano es la grieta de diamante, también conocida como grabado de diamante.
El archiduque Fernando II reunió una colección excepcional tanto por su amplitud como por su calidad: copas de cristal, orfebrería y platería, así como esculturas de bronce, vidrios preciosos y delicados torneados, monedas y armas. Además de objetos excepcionales desde el punto de vista artístico y artesanal, también coleccionó instrumentos científicos e instrumentos musicales.
La gran cantidad de objetos estaban almacenados en 20 armarios de madera del suelo al techo, la mayoría clasificados según su material. A partir de ahí, los que se consideraban especiales, se retiraban en caso necesario y se podían ver más de cerca en sus propias mesas de presentación.
También se recogieron objetos naturales exóticos e inusuales, así como retratos de personas o animales que eran considerados “maravillas de la naturaleza”. Hoy en día todavía contiene rarezas únicas y absolutas procedentes mayoritariamente de países no europeos.
En la parte superior del castillo, en tiempos de Fernando II, en el espacio habitado por él y su familia, se encuentra actualmente una importante galería de retratos de la familia Habsburgo, originaria de las colecciones imperiales. En 1976 se inauguró en el castillo de Ambras la “Galería de retratos sobre la historia de Austria de 1400 a 1800” Se exponen más de 200 obras pintadas por artistas de renombre como Lukas Cranach, Anton Mor, Tiziano, van Dyck y Diego Velázquez.
Además de los conocidos representantes de los Habsburgo, que durante siglos determinaron el destino de Europa, también están documentados sus amplios vínculos familiares. La galería también ofrece una visión multifacética del arte del retrato cortesano, que se estableció como una forma permanente de retrato en la primera mitad del siglo XVI. Mientras que los particulares burgueses encargaban retratos de sí mismos principalmente para transmitir su propia apariencia a la posteridad, el retrato cortesano tenía principalmente una función representativa: debía mostrar una imagen ideal del gobernante, reflejando su posición, su dignidad y su confianza en sí mismo.
Con la creciente necesidad de representación de los gobernantes, surgió la nueva clase de artista, el pintor de la corte. Los Habsburgo pusieron a su servicio a algunos de los pintores más respetados de la época.
Entre los mencionados anteriormente, también deben destacarse: Jakob Seisenegger, Giuseppe Arcimboldo, Hans von Aachen, Giovanni Pietro de Pomis, Alonso Sánchez Coëllo, Bartholomäus Spranger, Francesco Terzio, Juan Pantoja de la Cruz, Joseph Heintz el Viejo. Ä., Frans Luyckx, Guido Cagnacci.
El recorrido por la galería de tres plantas del castillo alto es como un viaje a través de la historia europea. Los retratos reflejan tanto las políticas matrimoniales y de alianzas de las familias gobernantes, como también la historia artística y cultural de la época en la que fueron creados.
SCHLOSS AMBRAS INNSBRUCK
Schlossstraße 20, 6020 Innsbruck
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