NUEVA BIOGRAFÍA DE MANUEL CUSÍ: DEVOCIÓ PER LA BELLESA

Se trata de la última catalogación de obras del pintor que actualiza la documentación publicada hasta ahora, y que pretende ser una nueva oportunidad para conocer su biografía y su producción artística, muy valorada entre la crítica y los artistas de principios del siglo XX.

Manuel Cusí (1857-1919), pintor que gozó de gran éxito y popularidad, se dedicó mayoritariamente al género del retrato femenino. Con información inédita procedente del archivo familiar, el libro dedica unos capítulos a su mundo más cercano, como el Gran Teatro del Liceo que le sirvió de inspiración, el Ateneu Barcelonès con el que colaboró activamente, las salas de exposición Robira y Parés que mostraron sus cuadros, , así como la revista Álbum Salón que los reprodujo en sus páginas.

El volumen, recoge también una buena selección de críticas, algunas acompañadas las respectivas obras. El lector y amante del arte puede comprobar como periódicos y revistas celebraban su trabajo y lo reproducían tanto en sus páginas, como en algunas portadas.

Algunas lo relacionan con sus coetáneos, pues expuso junto a los mejores pintores catalanes de su tiempo, como Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Lluís Graner, Romano Ribera, Joan Llimona, Joan Brull, Modest Urgell, Enric Galwey o Josep Maria Tamburini, entre otros.

Hombre culto y socialmente activo, Manuel Cusí fue bastante dinámico en entidades culturales como la ya mencionada Ateneu Barcelonès, donde ejerció diferentes cargos de la Sección de Bellas Artes: fue secretario con el arquitecto Josep Puig i Cadafalch como presidente. Así mismo, fue miembro del Real Círculo Artístico, perteneciendo a su vez a la junta directiva, o también de la Sociedad Artística y Literaria, constituida por un grupo de reputados artistas que organizaban exposiciones anuales en la Sala Parés.

Respetado por los compañeros de profesión y admirado por el público, sus cuadros se encuentran en colecciones particulares y en instituciones públicas como la Real Academia Buenas Letras, el Ateneo Barcelonés o el Ayuntamiento de Barcelona, ​​que adquirió el cuadro Les Dauradores (1891), que resultó premiado en la Exposición General de Bellas Artes y ahora conservado en el MNAC.

El libro también pone de manifiesto los tres grandes temas de su producción pictórica: el tipismo de carácter folclórico, la mujer burguesa de 1900 en sus espacios lujosos, que pintó bajo los efectos de la luz artificial, y su entorno más íntimo, donde retrató a su hija Nuria, que además fue modelo de algunos de sus cuadros pintados en Tossa de Mar, donde la familia veraneaba.