PETRIT HALILAJ
A UN CUERVO Y LOS HURACANES QUE, DESDE LUGARES DESCONOCIDOS,
TRAEN DE VUELTA OLORES DE HUMANOS ENAMORADOS
El Museo Reina Sofía presenta, del 17 de julio al próximo 28 de febrero de 2021, en el Palacio de Cristal, el trabajo del artista Petrit Halilaj (Kostërc, Skenderaj, Kosovo, 1986), el cual está estrechamente vinculado con su biografía, la historia reciente de su país y las consecuencias de las tensiones políticas y culturales en la región. Sus vivencias y circunstancias personales constituyen un pretexto para trabar nuevas historias, privadas o colectivas, que derivan en complejas y ambiciosas instalaciones que siempre establecen un diálogo con el espacio que las acoge.
Esta exposición es la primera que se inaugura en el Museo tras su clausura a causa de la pandemia de la COVID-19. En estas circunstancias, la propuesta de Halilaj no podría resultar más pertinente: el artista kosovar ha concebido una instalación a gran escala a modo de nido en el que a partir de elementos escultóricos y formas vegetales se conectan distintas realidades: el interior y el exterior, los visitantes y el entorno natural del Parque
el interior y el exterior, los visitantes y el entorno natural del Parque del Retiro. La presente crisis ha evidenciado la debilidad del sistema económico en el que se asienta nuestro mundo y la insostenibilidad del crecimiento ilimitado de espaldas a la naturaleza. Nos ha enfrentado a nuestra vulnerabilidad e interdependencia, y ha situado los afectos y cuidados en el centro de una subsistencia común que no puede prolongarse sin tener en cuenta al resto de habitantes del planeta. Con este nido, Halilaj ofrece un refugio y, en este sentido, apela a la esperanza, a la posibilidad de otro futuro distinto de aquel al que parecíamos abocados.
El trabajo de Petrit Halilaj (1986, Kostërc, Skenderaj-Kosovo) está estrechamente vinculado con su biografía, la historia reciente de su país y las consecuencias de las tensiones políticas y culturales en la región. En sus obras recurre a los recuerdos de su niñez con el objetivo de diseccionar nociones como hogar, nación e identidad cultural, y traduce esa experiencia subjetiva en formas plásticas con las que invita a reflexionar, no tanto sobre un pasado personal, sino sobre una circunstancia global que atraviesa, dilapida y deshace las sociedades y sus culturas.
