MUSEO CARMEN THYSSEN – Málaga – FORTUNY GRABADOR

A partir de 1860 y tras haber realizado algunas ilustraciones para libros en los años precedentes, Fortuny comienza a realizar estampas independientes tras su primer viaje a Marruecos. Coleccionista él mismo de, entre otras muchas piezas artísticas y antigüedades, estampas de Rembrandt, Ribera y Goya, editó en vida sólo unas pocas láminas, a través Adolphe Goupil, su marchante parisino desde 1866.

Si bien el grabado fue una dedicación esporádica y secundaria para Fortuny, a la que según recordaba en 1875 su primer biógrafo, el barón Charles Davillier, se dedicaba por las noches, y tuvo, a través de su marchante, una finalidad comercial, sus estampas, un ecléctico conjunto creado en apenas una decena de años, han acabado por convertirse en un corpus artístico de primer orden. En él, el pintor dio rienda suelta a su libertad creativa y a su producción más personal y experimental, en la que, como señalaba otro de sus amigos y rendido admirador, Théophile Gautier, en 1870, «da a la realidad más verdadera una apariencia misteriosa y fantástica».