RENATO COSTA: NESUM DORMA
La fuerza del pincel, el ímpetu del color
En la actualidad, la abstracción ha desarrollado mil y una versiones, y su definición inicial: el prescindir de la representación figurativa y sustituirla por un lenguaje visual autónomo, con significado propio, si bien sigue vigente, hay que reconocer que ha sufrido transformaciones importantes.
Los pintores que se decantan por este estilo buscan, investigan, y transforman gestos y color en expresiones donde más que el sentimiento, se encuentra una forma de ver la vida.
Renato Costa (Rio de Janeiro, Brasil, 1974), nos ofrece en esta primera muestra que presentó en la galería Miguel Marcos de Barcelona durante los meses de octubre y noviembre, un conjunto de piezas de impacto visual absoluto. Una pincelada potente, larga y envolvente, cargada de vehemencia en el gesto, un uso del color poderoso, sin titubeos de ninguna clase. Una eclosión constante de fuerza y energía, inspirada en la famosa aria “Que nadie duerma” perteneciente al tercer acto de la ópera Turandot, con música de Giacomo Puccini.
No es habitual, aunque tampoco extraño, en el mundo del arte que la inspiración musical sea motivo artístico o para una exposición, pero si sale de la norma en el siglo XXI.
La trama de la ópera, que se desarrolla en Pekin, está muy presente en la muestra: la bella y cruel princesa Turandot, había decidido que sólo se casaría con aquel hombre que consiguiera averiguar los tres enigmas que ella propondría, y en caso contrario, el pretendiente morirá. Calaf se enamora de ella y decide afrontar las pruebas que va superando, hasta observar que la princesa no piensa cumplir su palabra, por lo que le propone que averigüe su nombre…
En la obra de Costa, se observan momentos de tensión, y de alegría a través de una gama cromática donde predominan rojos intensos y apasionados y azules rigurosos pero también cargados de empuje y sublimación. La interrelación entre Eros y Tanatos es persistente: el Amor fluye a través de la amenaza constante de la Muerte, y es el que logra la victoria, en una ópera con final feliz y desarrolla turbulento.
Una exposición con reclamación constante de emociones abiertas, y declaraciones manifiestas de un conjunto pictórico, en el que un joven artista no quiere mostrar indiferencias con su obra, y en el que lanza un mensaje donde reivindica la “Forza del Destino” de la abstracción, bajo el prisma del “Bel Canto”, en perfecta simbiosis de símbolos y mensajes.
Galería MIGUEL MARCOS
C/ Jonqueres, 10-1º
Barcelona