TOTAL RECORDS: VINILOS Y FOTOGRAFÍA – UN MERECIDO HOMENAJE A LAS PORTADAS DE LOS DISCOS
Quienes ya peinamos canas y vivimos el auge de la música pop y jazz de los años 70, conociendo con anterioridad los 50 y los 60, las portadas de los vinilos, aquellos que se reproducían tanto a 33 como a 45 revoluciones por minuto, y que todavía conservamos como oro en paño, ejercen sobre nosotros una fascinación increíble, no sólo por el viaje en el tiempo que representan, sino por el ejercicio de creación, acorde con la expresión musical del momento. Y si bien nos interesaba el contenido del disco, tener la funda en sus manos resultaba absolutamente fascinante.
Fundació Foto Colectania en colaboración con Fundación Banco Sabadell, presentó hasta el pasado 11 de marzo la muestra Total Records: Vinilos y fotografía, en la que la fusión de música y fotografía, siendo la segunda la protagonista, permite comprobar desde la distancia de los años transcurridos, unas imágenes de gran creatividad, de calidad extraordinaria e impacto únicos.
Una selección de 250 portadas de vinilos compone una muestra original tanto en su planteamiento estético como temático. Una exposición itinerante, que se ha presentado también en Arlés, Zúrich y Berlín, y que se exhibe a Barcelona de la mano esta singular fundación, sin ánimo de lucro, creada en Barcelona en 2002, con el objetivo de difundir la fotografía y fomentar ese conocimiento en el ámbito social, artístico y educativo de nuestro país.
Producida por el festival Les Rencontres de la Photographie de Arlés, y comisariada por su director, Sam Stourdzé, el coleccionista Antoine de Beaupré y Serge Vincendet, cuenta con la complicidad de Jacques Denis. La presentación de “Total Records” en Barcelona se completa con una sección de vinilos españoles creada especialmente para esta exposición, lo cual nos permite contemplar la estética para una música como la de los grupos Tequila, Radio Futura, Los Pekenikes, la Electrica Dharma, Raimon, Camarón, Miguel Rios o Los Ilegales, entre algunos otros.
Grupos y cantantes que en los 70, 80 y 90 impactaron con su música en las jóvenes generaciones de entonces, y que Alberto García Alix, Jaime G. Villalba, Ontañon, Raimon Puiggené o Leopoldo Pomés como más destacables supieron captar y mostrar, tanto en color como en blanco y negro. Imágenes que si bien no podemos dejar de observar dentro del contexto social de entonces, es necesario contemplar con la perfectiva de la creación, del enfoque y encuadre pertinentes, de juegos de luces y sombras, y que además reflejen el contenido musical del vinilo, sin obviar algunos CD’s.
Tal es el caso del vinilo Miles Davis, Tutu, Warner Bros. Records – 1-25490, Estados Unidos, 1986, con diseño de Eiko Ishioka y Fotografía: Irving Penn.
Dedicado al obispo sudafricano Desmond Tutu, se convirtió en uno de los «álbumes de jazz definitorios» de su década y atrajo a un público joven y nuevo, al tiempo que alienaba a muchos otros oyentes de jazz debido a su gran dependencia de la máquina de ritmos y sintetizadores. La fotografía nos recuerda a un dios tribal, pero atrapa al espectador por la personalidad que transmite de Miles Davis, y ese contraste entre su rostro negro y sus uñas blancas, con un juego lumínico centrado en la parte central del rostro.
Al ejemplo citado de Eiko Ishioka e Irving Penn, merecen mencionarse Helmut Newton fotografiando a la banda australiana INXS, así como a fotógrafos icónicos de Vanity Fair y otras prestigiosas revistas estadounidenses como Herb Ritts o Annie Leibovitz, asociados con Madonna y Cindy Lauper respectivamente. La muestra reúne también creadores de la talla de Jeff Wall en un disco de Iggy Pop, el gran innovador William Klein que retrató a Serge Gainsbourg, el tándem creativo Jean-Paul Goude-Grace Jones, Prince, Lovesexy, Paisley Park con diseño de Laura LiPuma y fotografía de Jean-Baptiste Mondino, y de nuevo Miles Davis, pero retratado por hasta un clásico de la fotografía como Irving Penn.
El conjunto expositivo es atractivo, y planteado en un formato de peculiares figuras geométricas, que empieza en los 50-60 y termina en la actualidad, incluyendo apartado dedicado a la música española ya citado. El Jazz, el Pop y el Rock son la base musical fundamental de la muestra.
Resulta entrañable ver el rostro de Ives Montand, actor y cantante lamentablemente en el olvido, y que muchos recordamos por su versión de las Hojas muertas, en contraste con la densa y abigarrada arquitectura de Led Zeppelin y su Physical Grafitti, que toma como base la imagen realizada por Elliott Erwitt.
Los cantantes de jazz, en su mayoría negros, muestran en sus portadas unas imágenes profundas, con claro-oscuros penetrantes, uso del color pero sin excesos, más bien austeros en contraste a una música cargada de vitalidad, drama e improvisación.
Fotografías de portadas de vinilos icónicas como el Abbey Road Sargent Peppers de The Beatles, imitadas y con aportaciones no exentas de humor en ocasiones como la que Jarrol Schatzberg realizó para el grupo The mother of invention; los incomparables The Rollig Stones y en las que puede apreciarse un planteamiento estético cuidado con esmero al principio de su carrera, muy parecido a The Beatles, para avanzar hacia imágenes mucho más descaradas y rompedoras.
Por supuesto, el inefable Andy Warhol que supo aprovechar todo lo que tenía a mano para mostrar un arte mecánico sin sensibilidad ni expresión, pero muy publicitario y acorde con los tiempos, realizó las portadas de los vinilos de Rolling Stones, Paul Anka o Aretha Franklin.
El recorrido fue extenso y no pueden mencionarse todos y cada uno de los que están representados, pero si son significativos por lo que supuso para los cantantes, los nombres de Jean Paul Goude que supo modelar la imagen de Grace Jones, y a quien dio un toque entre andrógino y sofisticado, sin obviar cierta agresividad visual, y el camaleónico David Bowie, una personalidad que supo cultivar un personaje ágil, ecléctico, que sabía distorsionar el concepto de su música para llegar a un público mucho más amplio, a base de un muy cuidado aspecto estético y de un acertado marketing, todo ello gracias a fotografías como las que realizaron Mick Rock, Masayoshi Sukita, Brian Duffy o David James, por citar algunos.
En conclusión puede decirse que la muestra fue de gran interés, tanto por el conocimiento que facilita al espectador de importantes, unos más que otros, nombres de la fotografía, que sucumbieron al tentador encargo de las portadas de discos, como por el repaso de la historia de la música de finales de los 50 hasta los 90. Una propuesta original, entretenida y curiosa, a la que acompaña el correspondiente catálogo.
Fundació Foto Colectania
Passeig Picasso 14
08003 Barcelona