ICONOGRAFÍAS: DE SOROLLA A PICASSO y VALDÉS
El Espacio Carmen Thyssen de Sant Feliu de Guíxols presenta del 29 de junio hasta el próximo 13 de octubre muestra colectiva de 21 autores con un total de 46 obras del periodo que va desde finales del siglo XIX a 2005. Las obras provienen de los fondos de la Colección Fundación Bancaja y de la Colección Carmen Thyssen.
Una forma de que el Espacio Carmen Thyssen de Sant Feliu de Guíxols, localidad que en un futuro acogerá el Museo Carmen Thyssen, invita al público a que pueda conocer una selección de una importante colección de arte privada del Estado español, con la intención de establecer un fructífero diálogo con la colección de Carmen Cervera.
Una exposición que sólo puede visitarse en el espacio guixolense, sin ninguna otra itinerancia. La Colección Fundación Bancaja está formada por obras que van desde el siglo XV hasta la actualidad, tanto de artistas españoles como internacionales, y es especialmente rica en obras de artistas valencianos, con una especial presencia de Sorolla, y de obra gráfica de Pablo Picasso.
Comisariada por Pilar Giró, la exposición propone un recorrido, a través de pinturas, esculturas, dibujos y linograbados, seleccionados cuidadosamente de la Colección Fundación Bancaja con la intención de que el espectador se acerque a la diversidad de lenguajes y relatos que se desarrollan en el transcurso de un siglo de arte. El itinerario huye de un relato historicista basado en la cronología para poner de relieve los contrapuntos de influencias e intercambios entre autores, estilos y épocas.
El título de la exposición se refiere a los diferentes modelos iconográficos que representan las obras de arte y que muestran formas diversas de ver, sentir y analizar y que configuran nuestra visión del mundo. Pilar Giró, en su texto de presentación del catálogo de la exposición, afirma que en una sociedad donde es evidente el predominio del lenguaje de la imagen, "las obras de los artistas se convierten en modelos de representación y entre ellos se ha utilizado como referente, ya sea para acercar lenguajes, para explorar, o para desarrollar estéticas opuestas ".
La exposición repasa iconografías y también iconos a lo largo de casi un siglo de historia del arte, con un especial protagonismo de la luz de las tres pinturas de Sorolla presentes en el recorrido, así como de otros exponentes de la pintura valenciana. En una segunda parte de la muestra, también se analiza cómo se han releído mitos del pasado en las narrativas contemporáneas y se remarca como han tratado los iconos tres artistas, Picasso, Manolo Valdés y Julian Opie, los que protagonizan el final del recorrido con salas monográficas.
En el primero de los ámbitos de la exposición, las exploran las iconografías de lo cotidiano, que se centran en escenas de la vida diaria, pero estas son sólo una excusa por los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX para desarrollar en el cuadro la potencia de la luz, la composición y las pinceladas. Dos pintores tienen una influencia indiscutible en el modernismo de la pintura valenciana: Joaquín Sorolla, de quien se expone Playa de Biarritz (1906), e Ignacio Pinazo, con el retrat Valenciana (1899). Estos dos autores fueron referentes para la pintura de Alberto Pla, José Mongrell José Navarro.
El paisaje, siempre sin figura humana, centra el segundo ámbito de la exposición que de nuevo se inicia con una obra de Sorolla, Otoño. La Granja (1907), pero el resto de artistas representados en este apartado, ya en los años 60 y 80 del siglo XX, intentan alejarse del ruidismo. Són Genaro Lahuerta, Francisco Lozano, Luis Arcas y Rosa Torres.
En el tercero de los ámbitos, Iconografías de la luz, la selección de piezas pretende homenajear la geografía, la belleza y la espiritualidad del Levante a partir de una pintura de playa muy emblemática de Sorolla, Al agua. Playa de Valencia (1908), una realizada justo en el momento previo a su gran reconocimiento internacional. Las playas valencianas también son representadas en los años 70, pero con lenguajes estilísticos diversos, perFrancisco Sebastián, Equipo Crónica, Eusebio Sempere y Joaquín Michavila.
En la primera planta del espacio se ha instalado la segunda parte de la exposición, en la que el discurso se abre a artistas de todo y se centra en demostrar cómo los artistas de la modernidad construyen parte de su lenguaje a partir de referencias estéticas muy claras. Juan Navarro Baldeweg Sean Scully están fascinados por Matisse, mientras que Jordi Teixidor también Scully toman como referentes a Mark Rothko y Ad Reinhardt.
En cambio, Josep Renau y Rafael Benimodo Armengol revisan la representación de la mitología clásica.
La última parte de la exposición revisa la obra de tres artistas de manera monográfica. Se dedican dos salas a la obra de Picasso: una dedicada a Jacqueline, con seis linograbados 1963 que retratan a la que fue la última esposa del pintor, y otra sala centrada en la representación de la casa-taller de La Californie, en los dibujos delCarnet de la Californie, realizados en 1955 en el momento en que el artista adquiere la casa.
El valenciano Manolo Valdés -ex componente del Equipo crónica- protagoniza otra sala de la muestra con dos esculturas -una de ellas de bronce, que representa la Infanta Margarita velazquiana, una figura que ha convertido en un icono del arte de la 'artista- y tres pinturas.
El recorrido se cierra con una sala dedicada al artista británico Julian Opie, conocido por su estilo sintético en la frontera de la tradición del pop-art, el geometrismo y el minimalismo, y el uso de las nuevas tecnologías. De este autor, se exponen dos paisajes y un retrato del piloto de automovilismo, Jenson Button, de 2004, la única pieza de la exposición que pertenece a la Colección Carmen Thyssen.
Espai Carmen Thyssen
Plaça del Monestir, s/n,
Sant Feliu de Guíxols, Girona