ILUSIONES OPTICAS; VISIONES ENIGMÁTICAS
Lo mágico, lo ilusorio, lo misterioso o lo desconcertante, siempre ha captado la atención del ser humano, quien, curioso por naturaleza, nunca ha podido del todo resistirse al estudio, a la experiencia o la investigación.
Dentro del mundo del arte, lo inexplicable con argumentos lógicos también ha llamado la atención de artistas de toda índole, que han querido plasmar creencias sobrenaturales, partiendo de los hechos bíblicos a las sensaciones y emociones que emiten cementerios, los comportamientos humanos, la mitología o las leyendas de toda índole.
El arte contemporáneo no es ajeno a ello, y el videoarte es un vehículo sin igual para manifestar a base de montaje de imágenes, un sinfín de experiencias al respecto.
Tony Oursler (Nueva York, 1957) uno de los artistas pioneros del videoarte, reúne en la muestra L7-L5 – Imponderable dos obras producidas con más de treinta años de diferencia. A pesar del largo tiempo transcurrido entre ambas, las mismas tienen en común la experimentación de efectos ilusionistas con la imagen y la exploración de las creencias sobrenaturales.
L7-L5 que yuxtapone una expresión coloquial americana (L7) y un punto en el espacio (L5), data de 1984 y fue su primera videoinstalación. En ella la oscuridad acoge una visión nocturna de un peculiar ambiente urbano, donde a pesar de su silencio, aparecen personajes que pueden calificarse de alienígenas, – aunque con referencia a este aspecto, tal vez en 1984 esa visión podría aceptarse, pero ante las nuevas tecnologías y los efectos especiales de muchos filmes, ha quedado un tanto denostada -, a pesar de los elementos estáticos, se aprecia un cierto sentido de movimiento, a través de sonidos y oscilación de algunos componentes. Las imágenes han sido liberadas del monitor y a través de un curioso montaje, forman todo un conglomerado de extrañas y curiosas situaciones. Si bien la instalación es interesante, y aún conserva cierta frescura, el tiempo y las tecnologías han hecho mella en ella.
Con respecto a Imponderable, realizada entre 2015 y 2016, supone un avance técnico importante, al utilizar la tecnología 5D. El espectador se sumerge en un filme cargado de efectos sensoriales, donde la ilusión óptica se materializa a través de un trabajo actoral (Kim Gordon, Jim Fletcher, Keith Sanborn y Constance DeJong), combinado con imágenes superpuestas, en la que el ocultismo, lo paranormal, y lo inexplicable forman el núcleo de la filmación.
Con referencias a Conan Doyle, Hudini, Mina “Margey Crandon”y personajes relacionados con el ambiente ocultista de finales del siglo XIX, Oursler actualiza la antigua técnica de ilusión óptica, el Fantasma de Pepper, un recurso utilizado en el teatro o en las casas embrujadas de parques temáticos.
El filme, basado en el archivo personal del artista con más de 2.500 imágenes, muestra un montaje seductor que capta al espectador y lo introduce en el misterio de lo inexplicable, de los trucos, pero también de los deseos de conocer el alcance de la mente humana, y de penetrar en el espiritismo, a través de médiums, personas con capacidad de conexión con el mundo oculto, en una dimensión desconocida, intangible, que asusta y a la vez intriga, y en la que también se mezcla la magia y sus trucos. No obstante lo descrito, se puede observar también el uso de decorados o ambientes un tanto trillados o kitsch, todo ello mezclado con un humor negro que en ocasiones roza lo macabro.
Interesante destacar que también se detectan reivindicaciones feministas. El film se sitúa en 1920 y para las médiums de la época, la cuestión era importante.
Además del film, el mismo se complementa con una selección de imágenes y carteles de principios de siglo XX, que permiten conocer más el contexto de Imponderable y que sirven como homenaje y ambientación al filme.
En conjunto, la obra de Oursler es curiosa, digna, muy elaborada, evolutiva con el paso de los años, y hay que reconocer que dentro de la colección de Arte Contemporáneo de la Caixa, que Cuadros de una Exposición.com en más de una ocasión ha defenestrado en sus críticas y comentarios, estas piezas merecen consideración, ya que no están exentas de cierta dignidad.
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