La galería Perrotin, en su sede de Seul, presenta desde el 27 de agosto hasta el próximo 1 de octubre, una muestra con las últimas creaciones de Emma Webster: Illuminarium.
Las espeluznantes composiciones de Emma Webster son invitaciones a viajar más allá de las vistas tradicionales y en ambientes seductoramente híbridos que metabolizar, materializar y alquimizar. Incondicional de la pintura al óleo, sus paisajes son a la vez imaginarios y familiares, que desafían la gravedad, pero respetando un orden interno.
Para llegar a esta lógica, la artista trabaja y reelabora metódicamente sus composiciones, destilándolas a través de varios medios y procesos técnicos: boceto a lápiz, preparatorio dibujo, collage, a veces escultura, realidad virtual y aumentada realidad, renderizado digital y, en última instancia, pintura. Su proceso es tanto analógico y tecnológico, tradicional y especulativo.
Aun siendo una artista nacida en una era digital, Webster es, sin embargo, una apasionada estudiante de la Maestría. Su conocimiento histórico del arte y pasión por pintores famosos, entre ellos, artistas barrocos franceses Claude Lorrain y Nicolás Poussin; Los románticos ingleses John Constable, John Martin y, por supuesto, Turner; Escuela del río Hudson los pintores Thomas Cole y Thomas Moran; simbolista belga William Degouve de Nuncques; El vanguardista húngaro Tivadar Csontváry Kosztka; y los modernistas estadounidenses Georgia O'Keefe y Arthur Paloma, le permiten realizar una obra en la que se puede rastrear a los mismos en sus florituras estilísticas y su enfoque de iluminación, volumen y gesto. Webster está cautivada por la visión apocalíptica de la Tierra de Martin y encantada con las sublimes creaciones de O’Keefe.
Acerca de Turner, exclama: "Nos hemos estado perdiendo su efectos especiales. ¡Mira esa pirotecnia! ¡Es como IMAX!”
De hecho, estos fantásticos fenómenos meteorológicos son asombrosos y aterradores. Mientras que Webster se refiere a tales vistas hipotéticas con un sentimiento de ser “expulsada de los sueños”, reconoce la frecuencia con la que los eventos meteorológicos imprevistos se están convirtiendo en realidad.
Inundaciones, incendios forestales, tornados, ventiscas y deslizamientos de tierra son cada vez más comunes debido al calentamiento del planeta, lo que obliga a los humanos a adaptarse a la imprevisibilidad de la naturaleza. “La irrealidad es un lugar cómodo para lidiar con realidades incómodas”, explica Webster. Desde esta perspectiva, el artista amplifica y distorsiona las humildes fuerzas de la naturaleza y, como tantos artistas antes que ella, reitera la arrogancia del ser humano. Es un guiño a un arte pasado histórico y quizás un indicio de un futuro aquí en la Tierra.
PERROTIN – Seúl
10 DOSAN-DAERO 45-GIL, GANGNAM-GU
SEÚL – COREA DEL SUR
