LIDIA MASLLORENS: PROVA D’ARTISTA
EL ATREVIMIENTO DEL GRAN FORMATO
El retrato, y más el pictórico o a través del dibujo, es una de las técnicas más complejas que pueda haber, puesto que la imagen del retratado puede proporcionar muy diversas impresiones, dependiendo de quien lo contemple. Mostrarse a cara descubierta, según la perspectiva de quien presenta la obra, ofrece la posibilidad de una imagen, donde la elección está en lo convencional o lo negativo del mismo.
Lídia Masllorens (Caldes de Malavella, 1967), ganadora del Premio de Pintura 2013 de la FVC, presenta Prova d’artista (Prueba de artista), la última de las exposiciones comisariada por Gloria Bosch, ofrece un total de 20 de retratos en gran formato, realizados entre 2014 y 2019, a través de la técnica del monotipo, en la que personajes masculinos y femeninos extraídos de montajes fotográficos realizados por los grandes estilistas de la contemporaneidad, según indica la nota de prensa.
Expresiones de toda índole pueden verse en la muestra, un tanto repetitiva e incluso monotemática. Rostros enigmáticos, alegres, tristes, de mirada ausente o perdida, realizados con un profundo dominio técnico del monotipo (técnica a caballo entre la pintura, el dibujo y el arte gráfico), realizado en hojas de papel especifico, de medidas concretas, que al final la artista une a través del ensamblaje de las distintas partes del rostro, todo ello en el suelo y utilizando herramientas y pinceles poco convencionales, que dan como resultado un trabajo de gran potencia visual, ímpetu en el gesto, expresiones faciales diversas en rostros desconocidos, pero que muy bien pueden ser el nuestro, en la multitud de situaciones que nuestra vida nos depara.
Muy interesante, tanto por el tratamiento cromático, como por la fuerza y expresividad en el gesto, la serie dedicada a los labios: bucales y vaginales, en los que se entremezclan dolor y placer.
El hecho de realizar esta serie en impresión glicée, se aprecia en algunos aspectos como los chorros de tinta depositan el pigmento en forma de pequeñas gotas, mientras pulverizan el soporte, logrando con la impresión un espectacular grado de detalle en las formas, que, en este caso de labiales, ofrecen perspectivas y sensaciones en las que Masllorens ha sabido plasmar una sensualidad, a veces insinuante en otras vehemente, pero en todas con máxima expresividad.
En conjunto, una muestra donde la capacidad técnica se pone de manifiesto en todo, con una maravillosa fuerza creativa, y, a pesar de la abundancia de rostros, y de una misma gama cromática - el exceso, de nuevo - sin lugar a dudas, se manifiestan sentimientos y emociones, con la máxima libertad, que son reflejo de un mundo donde la certeza de la incertidumbre hace demasiada mella en la realidad de nuestras facciones.
Fundació Vila Casas
C. Ausiàs Marc, 22.
Barcelona
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