RAFAEL DE LA RICA: EL BODEGÓN DEL SIGLO XXI
Si bien la abstracción, las performances, el video-arte y otras múltiples variantes del arte contemporáneo dominan las salas de exposiciones, públicas y privadas, el Realismo mantiene su status, sigue atrapando a un espectador y comprador de gustos poco complicados, pero que sabe apreciar la calidad, y que no se conforma con un simple trabajo, sino que le permita sentirse identificado con la obra, o por lo menos, que su contemplación le suponga admiración y tranquilidad.
La galería Jordi Barnadas sabe contentar a este tipo de público, sin exigencias, pero con capacidad para discernir, y presenta como inicio de temporada y hasta el 11 de octubre la muestra del joven pintor menorquín, Rafael de Rica: Tardor (Otoño), un conjunto de bodegones de estética sencilla, sin aspavientos ni deseos de imitar a grandes maestros de siglos pasados, pero reivindicando sus enseñanzas y su paso por la historia del arte.
El visitante podrá observar a través de una serie de obras donde el domina la frugalidad del silencio, pero en la que se aprecia la calidez de unos objetos cotidianos o frutas, aparentemente inanimados, pero con presencia propia. En general, los frutos suelen ser protagonistas, en solitario o rodeados de utensilios de cocina, aunque también hay bolsas, lámparas de aceite, jarrones y teteras, etc.
Estamos ante una obra de dominio técnico, profesional, sin duda, en la que se distingue un acertado uso del juego lumínico, una pincelada ligera y precisa, y dentro de la naturaleza muerta, una cierta diversidad temática.
No obstante, sin menospreciar su capacidad pictórica, y en sana contradicción con la nota de prensa, se agradecería, también, un poco de alma, de sentimiento, de expresión interior, algo que estamos seguros que De la Rica posee, pero que tal vez, demasiado supeditado a una pintura de carácter comercial y decorativo -
y que por supuesto quien escribe estas líneas defiende-, y por lo tanto, con el deber de cumplir ciertos plazos de entrega, y permita apreciar la desbordante imaginación del pintor, algo que se aprecia en bodegón de curioso contraste entre pasado y presente: un botijo de agua encima de un bidón de Cepsa, unas frutas dentro de una bolsa de plástico o los Clicks de la conocida firma de juguetes Famobil.
Galería JORDI BARNADAS
C/ Consell de Cent, 347n
Barcelona.
