MACBA -Barcelona – TERRITORIS INDEFINITS

Por lo antes expuesto, la reprobación por parte del arte de decisiones políticas o comportamientos sociales, se acepta en su necesidad y en su expresión. Sin embargo, lo que resulta del todo incomprensible es que proceda de instituciones públicas, como el caso que nos ocupa: el MACBA.

Es de una contradicción absoluta por una razón puramente crematística: su sustento no procede en un 70% del abono de la entrada por parte del público que visita el museo, sino por los impuestos de todos los españoles. Es de todos conocido que muchas de las exposiciones o instalaciones que presenta, sólo son atractivas para quienes amamos el arte, y por lo tanto, disponemos de mente amplia para las innovaciones o provocaciones, y para una clase cultureta-snob, perfectamente aclimatada al pesebre de subvenciones y políticas, según sea el régimen que gobierne.

Sirva este preámbulo para hacer más comprensible al lector la muestra que hasta el próximo 20 de octubre puede visitarse en el MACBA: Territoris Indefinits (Territorios indefinidos), que ha sido comisariada por Hiuwai, conservadora y perteneciente al  personal del museo.

Según la nota de prensa, la muestra pretende reflexionar sobre la noción de territorio, en un sentido expandido del término, que va más allá de la geografía y comprende cuestiones de identidad, cultura, historia y tiempo, dentro del marco del legado colonial.

A través de la obra de artistas provenientes de geografías y diásporas diversas, la exposición analiza la huella persistente de la represión colonial y el desempoderamiento de las poblaciones nativas. La colonización no fue sólo territorial y económica, sino también cultural a través de la imposición de estructuras de conocimiento y formas de representación.

En primer lugar, los historiadores, sean de arte o de historia (valga la redundancia), deben tener en cuenta la evolución social, política y económica de cada época. Los contextos en estos ámbitos son absolutamente imprescindibles de conocer, ya que, en la actualidad, no puede existir un Cristóbal Colón, porque el mundo ya está descubierto, pero en el Renacimiento, la idea de expandir, de comerciar, de conocer, de investigar y de aventura estaba altamente arraigada en una clase social como la nobleza y la realeza, que financiaba expediciones, arriesgando capital y personas – normalmente clases bajas, marinos o militares - , para poder enriquecerse más, es cierto, pero también para descubrir y amplir el dominio territorial. Se podría decir que “era la moda”, lo que primaba. Y era lo “moderno” en el Renacimiento.

En el siglo XXI, todo lo expresado no tiene sentido, porque ya está superado. El ser humano está en constante evolución. Los acontecimientos históricos lo prueban, incluso a través del vestir, de los objetos, de las construcciones arquitectónicas, etc.

Y, por lo tanto, colonización de territorios como nos expone el MACBA, es más una visión política, adaptada a las circunstancias actuales que vive especialmente Cataluña con secesionismo, que no a una realidad como la que enfoca la muestra. Una prueba es indicar la duda sobre el nacimiento de Colón (en Génova, en 1451), alegando las supuestas investigaciones de Jordi Bilbeny – que, por cierto, no encuentra tutor para su tesis doctoral, debido a sus arriesgados planteamientos, sin prueba documental y específica alguna - quien indica que su origen es catalán.

Sin embargo, sí existe una colonización, de la cual el MACBA y su muestra “Territoris Indefinits” no ha tenido en consideración: La de los medios de comunicación, la tecnológica, las redes sociales o la de la publicidad. Se centra en la huella de la represión y el despojo colonial, así como los procedimientos mediante los cuales las potencias imperiales han ejercido el control a través de estructuras epistémicas como la cartografía política y la lengua. (dixit nota de prensa).

Son colonizaciones modernas y activas, a las que todos estamos sometidos, que obedecen a intereses económicos y de poder totalmente indefinidos para los ciudadanos, pero no para grandes bancos, empresas y multinacionales.

Google sabe cuando salimos de casa, que consultamos, que compramos, donde cenamos o donde nos divertimos. ¿No es eso una colonización de nuestra intimidad que aceptamos sin rechistar, porque nos es cómoda?

Las redes sociales que sirven tanto para exhibir la última fotografía de vacaciones, como para el derecho al pataleo, saben tanto de nuestras vidas como nosotros mismos. Esto es control, pero ¿no es también una forma de colonización?

Y podría poner más ejemplos, pero que los indicados son suficientemente explícitos, como la manipulación que ejercen medios de comunicación digital o en papel, en base a sólo tomar en consideración lo que puede resultar atractivo para tener audiencia.

Quienes diseñan las exposiciones del MACBA, exhiben un concepto político muy tendencioso, y se valen del desinterés del gran público para exponer sus mensajes.

Sin embargo, no todos caemos en su provocación – hace muchos años que hemos hecho la primera comunión - y sí analizamos debidamente el significado de la muestra.

Habiendo expuesto ya un argumentario suficiente, bueno es también hablar del planteamiento expositivo, dejando al margen el significado.

En “Territoris indefinits”, se ha seleccionado obra de: Maria Thereza Alves, Lothar Baumgarten, Black Audio Film Collective, Alán Carrasco, Mariana Castillo Deball, Sandra Gamarra, Jeffrey Gibson, Maryam Jafri, Kapwani Kiwanga, Naeem Mohaiemen, Daniela Ortiz i Xose Quiroga, The Otolith Group, Pala Pothupitiye, Superflex, Munem Wasif i Dana Whabira.

Personalmente reconozco que su estructura es convincente, estéticamente es atractiva, ha habido un análisis muy acertado para exponer el mensaje político de forma explícita, y si bien es cierto debido a la colonización, se han exterminado razas – recuérdese los puritanos y protestantes en EE.UU diezmando la población de Cherokees, Pies negros, Arapajoes, Cheyenes, Apaches, etc. etc., algo que los propios americanos ocultan, lanzando dardos a los católicos españoles – hay lenguas que se han perdido, hay territorios que han sido “habitados” por edificios y ciudades, y ha habido políticas extremas, protagonizadas en más de una ocasión por mandatarios de los propios países colonizados – también trajo progreso e innovación, siendo prácticamente nula la existencia de colonias, a excepción de Gibraltar y alguna otra, en la actualidad, que pertenecen más al simbolismo que a un dominio económico.

Muy interesante resulta la obra de Mariana Castillo Deball: Mapa de Nuremberg a Tenochitlan, una xilografía con router CNC, que se encuentra en el suelo de la primera sala y que compara formas de dominio distinto: los teutones alemanes y los aztecas mejicanos, porque los Incas, Aztecas y Mayas, al igual que los Egipcios, Hititas, Griegos y Romanos también fueron colonizadores. La idea de dominar y ensanchar territorio está inscrita en el ser humano desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, el MACBA ha querido ser políticamente incorrecto, y no lo ha tenido en cuenta.

Estéticamente resulta interesante, aunque conceptualmente contradictorio, “Flowers for Africa”, que revive la reconstrucción de arreglos florales, a partir de fotografías de archivo relacionadas con las ceremonias de independencia en países africanos, tal como puede contemplarse por las fotos que cuelgan en la sala.

A nivel de observación y contemplación, produce un agradable contraste con el resto de la muestra, y recoge el mensaje de libertad de esos países, simbolizado en las flores.  No obstante, ¿no resulta contradictorio que se hable de independencia, cuando la exposición destaca el hecho colonizador, como si estuviera aun presente? Sirva como argumento a esta pregunta el hecho de que el MACBA recomienda como pieza interesante de contemplar la película de Naeem Mohaiemen (n. 1969) Two Meetings and a Funeral (2017), que entreteje imágenes de archivo y nuevas filmaciones con la narración del historiador Vijay Prashad (n. 1967). Por cierto, muy jóvenes ambos para analizar en profundidad la historia.

Y para finalizar esta larga crítica, - lo sé, pero la muestra da para una tesis doctoral, si se quiere – la contradicción absoluta del MACBA y la comisaria de la muestra Hiuwai: el luminoso de Dana Whabira Black Sunlight (Luz solar negra), a la que acompaña el siguiente texto: La lengua, como herramienta de represión y manipulación es una vez más motivo de análisis en la obra de Black Sunlight.

Quien suscribe estas líneas cree que el texto es suficientemente explícito como para aplicarlo a quienes defienden una Cataluña independiente, siendo la utilización de la lengua su máximo baluarte, algo que puede comprobarse in situ, en cualquier escuela, institución o estamento público e incluso privado del “Principat”.

En conclusión, al MACBA le encanta provocar, pero en esta ocasión, confunde más que enardece. Y es una lástima, porque la muestra, artísticamente es interesante, curiosa, se aprecian obras elaboradas y con significado como los mapas de Pala Pothupitiye, los bodegones en base a la mítica obra de Zurbarán: Bodegón de los cacharros,  de la peruana Sandra Gamarra: Mercancía I y II, o los magníficos dibujos de la brasileña Maria Theresa Alaves: